Avidez, de Lina Meruane:
SANGRE, TIERRA HÚMEDA Y DESCONCIERTO
Libros con café – Revista Te Leo marzo 2024
Por caminos misteriosos llegó a mis manos Avidez, cuentos de Lina Meruane (Páginas de Espuma, 2023). Su portada inquietante, de manos ansiosas disputándose un trozo de género ensangrentado, era la promesa de que en sus poco más de ciento veinte páginas encontraría relatos perturbadores.
Las líneas impecablemente escritas de esta autora chilena rebosan personajes insaciables. Engullir más que comer, llenar el estómago y la cabeza con imágenes; hay un vacío profundo en el que cada trago produce un eco ensordecedor que llena espacios y rebota en las paredes de viejas construcciones.
El abandono se huele en la ropa sucia, en los cuerpos infantiles que sobreviven la soledad aferrados a los recuerdos, pero brilla en la piel de una madre por la ausencia del mal encarnado. Relatos plagados de infancia que esquiva a la muerte, de lujuria de almaceneros, de hermanas y hermanos que se unen en la carne y la miseria.
La lectura es incómoda y a la vez adictiva. Cada línea contiene texturas y sensaciones que parecen explotar. El mal y el bien no están presentes en estos relatos, y no tendrían cómo estarlo, porque están contados desde las vísceras de seres que atraviesan los primeros atisbos de conciencia lejos de las miradas (acusadoras, beatíficas) de los adultos y sus leyendas de salvación eterna.
Después de leer cada cuento sentí la necesidad de cerrar el libro y respirar mirando al infinito para aquietar las múltiples sensaciones que quedaban resonando en mi interior. Lina Meruane tiene el poder de agitar el avispero, dejando tras su lectura la boca con sabor a sangre, tierra húmeda y desconcierto.
Un café y empezar otra vez.
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