HAYA O NO HAYA DIOS
Una nueva semana santa llega a su fin. Atrás quedan las películas sobre temas bíblicos, las representaciones de Jesucristo Superstar y el consumo de grandes cantidades de productos del mar, así como también las tradicionales conmemoraciones de fe, que son el motivo que da origen a uno de los largos feriados más esperados por la sociedad en su conjunto. Sobre el impacto actual en la literatura de la incidencia religiosa conversamos con autoras y autores, editores y libreros para este reportaje de domingo santo.
Por Lilian Flores Guerra.
Independiente de lo cerca o lejos que se pueda estar de las iglesias, es innegable que el desarrollo de la humanidad está moldeado por la presencia y el poder de las religiones y la fe. Desde tiempos remotos, las creencias espirituales han sido parte inherente del carácter y sentido de las comunidades, incidiendo las leyes dictadas por uno o más dioses en las decisiones de Estado, la expansión de los imperios y el descubrimiento de nuevas latitudes.
Pero el influjo de la religión sigue hasta nuestros días borrando a sangre y fuego las líneas de los mapas. Es el caso de la crisis de la Franja de Gaza, que desde el 7 de octubre de 2023 ha ocasionado 32.000 muertes de civiles palestinos por parte de las fuerzas de ocupación de Israel, de acuerdo a cifras del Ministerio de Sanidad de la Franja, y de 1.200 muertos y 240 rehenes por los ataques de Hamas. “Un país se fundamenta bajo su religión y el espacio territorial que se considera de ellos según la Biblia, texto que además puede tener diversas lecturas por la antigüedad del mismo y la cantidad de traducciones que se han realizado”, comenta Andrea Rojas, de Truman Libreros. “Con esto ya podemos demostrar la relevancia que tiene la religión y la capacidad de movilización que presenta, a pesar de que en este caso sea una excusa que se utilizó en un inicio del conflicto”.
En las tinieblas y en la luz
La Biblia fue el primer libro masificado en una imprenta (y sigue siendo uno de los más vendidos). Desde entonces, una gran cantidad de obras relacionadas con iglesia y religión han visto la luz, pasando por éxitos de ventas como El Código da Vinci, de Dan Brown (en que una conspiración del Opus Dei oculta los verdaderos orígenes del cristianismo), o El nombre de la Rosa, de Umberto Eco (que aborda los crímenes en una abadía italiana en XIV), ambas llevadas a la pantalla grande. Los ambientes misteriosos y secretistas de la Iglesia Católica siguen alimentando la ficción, y el período de la temida Inquisición española no es ajeno a ello. En esa línea, el escritor Mario Kahn está pronto a lanzar su novela “Ni brujos ni santos” (Ediciones del Gato, 2024), en la que aborda la investigación de un juicio inquisidor contra una mujer acusada de brujería. “La Inquisición como organización criminal no titubeó en dar muerte mediante las más feroces torturas a miles de víctimas, sobre todo mujeres”, asevera. Para el autor, los abusos denunciados hoy y aquellos cometidos por la Inquisición tienen en común que se dirigen contra víctimas inocentes y desarmadas a través del ejercicio de una coacción física y moral, “mostrando una superioridad en este último aspecto que todavía no sabemos de dónde surge”.
La periodista Camila Bustamante es autora de “Siervas” (Planeta, 2022), trabajo que se gestó a partir de 2016, cuando comenzó a recibir testimonios de mujeres que habían sido víctimas de abuso al interior de la Iglesia Católica y sintió que no hacer nada al respecto la convertía en cómplice de esas realidades. “Muchas de estas mujeres han intentado buscar justicia por años, sin embargo, la Iglesia no les ha dado respuesta, y la justicia civil y penal aún no está preparada para abordar estos casos”, señala Bustamante, agregando que lo único que queda en muchas ocasiones es la justicia mediática. “En ese sentido, mi motivación fue darles voz y rostro a esas mujeres que tanto han sufrido, para transformarlas a través de este libro en personas reales que la gente pudiera ver y escuchar”. La autora reconoce que son las mismas víctimas las que más han trabajado por la búsqueda de verdad y justicia, pero siente que en ese sentido “Siervas” ha contribuido en dicho camino. “Hoy hay investigaciones abiertas, procesos que intentan buscar la reparación y dar solución”.
Daniel Zamudio murió en 2012 en el Parque San Borja, en Santiago, víctima de un feroz ataque homofóbico. Conmocionada por el caso, la teóloga y periodista Carolina del Río encaró sus propios prejuicios y tomó conciencia de cómo la ignorancia podía convertirla en cómplice de la muerte de otras personas, lo que la llevó a escribir “¿Quién soy yo para juzgar? Testimonios de homosexuales católicos” (Uqbar, 2015), recogiendo testimonios de treinta y seis personas homosexuales, padres y madres, acompañantes, profesionales de la salud, psicólogos y psiquiatras. Aludiendo a Michel de Certau, del Río señala que “la teología debe reconocer su miseria y aceptar que en materia de moral sexual estamos a años luz de la experiencia vital de los hombres y mujeres de nuestro tiempo”. Su mirada crítica desde el interior de la fe católica la llevó a trabajar en la edición de “Vergüenza. Abusos en la Iglesia Católica” (UAH Ediciones, 2020), obra con la que quiso ser un aporte a la formación, a la reflexión, al conocimiento de la magnitud y las causas de la crisis de dicha congregación. “Lo más importante era escuchar a las víctimas para aquilatar el daño devastador que se ha hecho a las
personas, a la comunidad creyente y a la Iglesia entera. Hay todavía una enorme incomprensión del drama existencial que significa ser víctima de abuso de conciencia, de poder y sexual”.
De la Primera Epístola a los Corintios, que dice “¿Quién cuida las ovejas y no toma de la leche que ordeña?”, el psicólogo y escritor René Araya tomó la inspiración durante la pandemia por COVID para desarrollar “Buen Pastor” (Ediciones del Gato, 2023), novela que apela a las relaciones que el Estado establece con los sujetos, su rebaño. “El buen pastor al que alude la novela es el Estado que se permite establecer una serie de restricciones, implementar una serie de ejercicios de pastoreo, conducir a su rebaño por los caminos que lo mantendrán inmune”, indica y lanza una advertencia: “a diferencia del Buen Pastor bíblico, el Estado puede permitirse el lujo de extraviar una o dos ovejas en cada recorrido por el prado”.
Cuando anónimo tenía nombre de mujer
La escritora y editora Liz Gallegos estaba estudiando e investigando para la colección Desenterradas de Ediciones Liz nombres de autoras chilenas que no estuvieran siendo leídas en la actualidad cuando se encontró con un texto hasta entonces perdido. “Relación de la Inundación que hizo el río Mapocho de la ciudad de Santiago de Chile en 1783 por una monja del convento de San Rafael” aparecía publicado como anónimo. “No se atribuyó hasta unos ochenta años después. Hoy sabemos que casi siempre detrás de un anónimo hay una mujer, y en este caso era incluso despectivo: por una monja del convento”, comenta la editora, que en 2016 publicó este libro bajo el nombre “Romance por Tadea”. “Esto fue lo que me motivó a rescatar a Sor Tadea García de la Huerta, y por supuesto el contenido del poema, que es un romance que contiene quinientos dieciséis versos octosílabos perfectos que expresan congoja y angustia en un momento histórico del país”.
Ediciones Cafuné cuenta con el libro ilustrado “Danzantes” (2022), de Sofrenia, quien unió su pasión por la danza de bailes religiosos que practica con el trabajo ilustrativo que desarrolla en murales, obras pictóricas y plásticas. Patricia Casanueva, editora, destaca el impacto que ha tenido en los ámbitos de la educación y la cultura, ya que durante mucho tiempo los docentes han debido enseñar a niñas y niños los bailes folclóricos del norte sin contar con material explicativo sobre lo que significan estos y sus vestimentas. “Es solo un disfraz si el niño no aquilata la valoración del personaje al que está representando”, señala. “Muchas personas que integran comparsas de bailes en la Región Metropolitana, Cuarta y Segunda han adquirido el libro para darlo a conocer entre sus grupos e instituciones”.
Ediciones de la Universidad Finis Terrae cuenta entre sus publicaciones la colección Farellón, que contiene estudios y divulgación sobre Educación religiosa, fe y cultura: Religión y Formación integral, textos orientados principalmente a enseñanza de la religión. “Es indudable que las opciones religiosas impactan más allá del radio personal e influyen socialmente”, comenta Benito Escobar, Director de la editorial. “Esta sociedad globalizada e hiperconectada ya no tiene al centro a la religión, como lo fue por siglos, pero tampoco ha desaparecido su influjo como varios pensaron durante el siglo pasado”. Para Escobar, las opciones religiosas explican grandes procesos políticos, sociales, económicos que ocurren en distintas partes del planeta. “El problema es que, dadas las nuevas coordenadas de vida que hoy tenemos, surgen nuevas preguntas de sentido en las personas, a veces preguntas tradicionales pero reformuladas, y la mayoría, sino todas las organizaciones religiosas, evidencian fuertes dificultades para responder adecuadamente”.
Fe en un mundo hiperconectado
¿Cómo se inserta en el mundo actual la fe?
“Suele decirse que la religión ha muerto, que hoy reina la increencia, la indiferencia, el ateísmo. Sin embargo, hay suficientes estudios e investigaciones que confirman lo contrario”, sostiene Carolina del Río. “La religión no ha muerto, ha cambiado de expresión”.
Para Liz Gallegos, la fe es un tema muy personal, pero las organizaciones religiosas, en tanto institución o como guardadores y conservadores del conocimiento, son muy importantes. “Gran parte de las colecciones de libros antiguos se encuentran bajo el resguardo de bibliotecas religiosas que afortunadamente hoy se están abriendo al público general”.
“Esta sociedad globalizada e hiperconectada ya no tiene al centro a la religión, como lo fue por siglos, pero tampoco ha desaparecido su influjo, como varios pensaron durante el siglo pasado”, comenta Benito Escobar. “Su forma de hacerse presente ha cambiado; filósofos de la religión, sociólogos y antropólogos así lo señalan”.
“Dios ha dejado de ser la explicación de todo o para todo, y se interroga las verdades enseñadas con la inmensidad de las montañas inamovibles”, señala Mario Kahn. “Duda y pone en tela de juicio lo que te pongan por delante”.
René Araya plantea que todas las religiones conllevan consigo la promesa de la trascendencia, entendida como vida eterna; se trataría de conocer ciertas verdades que transforman a los sujetos y permitirán vivir eternamente, y en la actualidad, esa promesa parecería estar desplazándose hacia el campo de la ciencia. “El secreto no estaba en los monasterios, sino que en los laboratorios. Al final, parece ser que se tratara de salvar el ADN y no el alma”.
“Los hombres y mujeres de hoy habitamos tiempos y espacios complejos, cambiantes, y en medio de esa incertidumbre, la apertura a lo infinito, al Misterio, a la trascendencia, no cesa. Las preguntas existenciales permanecen”, agrega Carolina del Río. “La fidelidad al Evangelio no está en no cambiar las cosas sino en saber qué cosas es necesario cambiar y por qué”.
“Budismo y otras corrientes orientales han ganado terreno en este sentido”, señala Patricia Casanueva, y Andrea Rojas coincide apuntando a la práctica del yoga. “Nació en base a la espiritualidad y el deseo de comunicarse de manera directa y personal con Dios”. De esta disciplina han ido conociéndose varias vertientes, sumado al concepto mindfulness, que llegó hace algunos años y adapta al estilo occidental la espiritualidad de oriente. “Ambas cosas se han transformado en un pilar para las personas en su día a día”.
Mario Cerda, librero de Qué Leo Forestal, señala que con la llegada de migrantes, especialmente haitianos, colombianos y venezolanos, ha aumentado la demanda de libros de autoayuda y temas relacionados con religión. “Se han vuelto a destacar ambas secciones en las librerías”.
“Este mundo hiperconectado es bastante irracional y, en ese sentido, la religión continuará teniendo un lugar de privilegio”, comenta René Araya. “El modo en que funcionan las redes sociales permitirá, gracias a los ejercicios algorítmicos, que las personas se vean cercadas de mensajes que confirman y refuerzan sus creencias”.
Camila Bustamante sostiene que vivir en un mundo hiperconectado entrega herramientas para generar conciencia sobre los peligros de las organizaciones sectarias. “Tenemos que aprovechar espacios de este tipo para hablarle a los jóvenes que son susceptibles de caer en organizaciones de este tipo, que no son solo religiosas”. “Todo aquello que atente contra la plenitud de la persona no viene de Dios”, sostiene Carolina del Río.
“Para muchos, hoy Dios habita en los móviles; allí están las promesas, el paraíso, el bienestar, el miedo, pero ¡cuidado!, también las estafas”, advierte Mario Kahn. “Trata de ser tú controlado por ti mismo, y si se te ocurre leer alguna novela en el celular, mejor. Mucho mejor”.
RECOMENDACIONES DE QUÉ LEO FORESTAL
Gente que llama a la puerta, de Patricia Highsmith.
Una aproximación al fanatismo religioso y la manipulación en un libro que también es una radiografía de la clase media provinciana en EEUU.
El vino de Dios, de Carlos Tromben.
Un thriller ágil que, dada la pericia investigativa del autor, contiene un fresco del entramado de las redes de la curia romana para encubrir abusos.
Rebaño, de Oscar Contardo
Exhaustiva investigación que, sobre la base de la desaparición del joven Ricardo Harex y el suicidio del sacerdote Rimsky Rojas muestra trama de abusos y encubrimiento.